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Este libro me gustó ya con tan solo leer la sinopsis. Fue leer Egipto, crímenes y demás y supe que debía ser mío. Y no me equivoque. Este libro va publicado antes que La llama de Alejandría, pero cronológicamente, este último es el primero. En este libro viajamos hasta Egipto, acompañando a Sarah Kincaid, y varios acompañantes (de los que ya hablaré) para poder resolver los misteriosos asesinatos de varias prostitutas en Londres. Y os preguntareis, por que ir hasta Egipto? Pues porque la ‘firma' del asesino es el símbolo de la divinidad Thot. Pero Sarah no va porque si, sino porque la corona inglesa se lo pide. Y es que ella al principio no quiere tener nada que ver con la arqueología. Esto se debe a la muerte de su padre. Finalmente, accederá a ayudarles. Y así se embarcará en un viaje lleno de peligros. Siendo sincera, me mantuvo enganchada desde el principio. Tiene un ritmo ligero, y no se hace nada pesado el leer. La acción no es lenta ni precipitada, va al ritmo justo, ya que se van sucediendo los hechos y estos están bien separados unos de otros. Lo que le da cierto dinamismo a la historia. Ya que ni te agobias con mucha cosa, ni sientes que le falta algo. Hay algunos giros inesperados, lo que ayuda mucho a no perder el interés. Y es que cuando crees que pasará una cosa, pasa otra, y te sorprende. Vas avanzando a buen ritmo por la historia, viéndote envuelto en una serie de peligros que harán que no pares de leer hasta saber como acabará todo. Y de un lío pasamos a otro y de que te das cuenta, ya has llegado al final. Y que final. Yo, en este tipo de novelas acostumbro a acertar quien será el ‘malo/a', pero en esta ocasión, ni por asomo. Cuando leí quien era me quedé anonadada. Fue un final genial, muy digno y superando cualquier expectativa que tuviera. Y es que me sorprendió tanto, que tuve que releerlo un par de veces porque no me lo creía. Después del final, está el epilogo, que me sobra mucho. Lo que el autor dice en el, sobra. Para mí, es una manera de estropear las cosas. Cuando lo leí, pensé: porque? Era necesario hacerlo?. Y la respuesta es un claro no. No es que sea nada relevante, pero yo no entiendo porque lo puso. No usa un lenguaje complicado, sino más bien sencillo. Hay fragmentos que te hacen reír, cosa que es de agradecer sobretodo después de un momento de mucha tensión. Algo que me gustó mucho es el uso de palabras en francés. Eso si, no os preocupéis, que no son palabras difíciles, más bien son palabras sencillitas, que ya tan solo por el contexto se entienden. Por otro lado, los personajes me gustaron mucho. Hacen un conjunto muy interesante y cada uno aporta su granito de arena para que la historia sea interesante. La protagonista, Sarah Kincaid es una mujer fuerte, segura de sí misma, y en ocasiones, con más huevos con muchos hombres, pero con un toque sentimental. Se emplea a fondo en todo lo que hace. No soporta la sociedad en la que vive, ya que esta es sexista y clasista y ella tiene una mentalidad moderna, casi podríamos decir que del siglo XXI. |
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