Gazania

La única referencia que tenía de Sofía Parra eran nuestras interacciones por redes sociales aunque estaba al tanto por curiosidad que sus anteriores publicaciones habían tenido muy buena acogida. En este caso, mi primer contacto con ella ha sido el privilegio de ser una de sus lectoras beta, saltándome mi propia “norma” de no betear ningún manuscrito de alguien a quien no haya leído previamente y sepa que me puede gustar o conozca ya su estilo. Sin embargo, con Sofía tenía una especie de corazonada que me decía que esta historia podría ser una buena forma de conocerla como autora porque la historia que hay detrás de esa adorable y encantadora portada no tiene nada de adorable ni de encantadora.

La premisa de la que parte ya anuncia que va a haber angustia y momentos tensos a mansalva: una niña pequeña desaparece en un pequeño pueblo en el que todos se conocen pero nadie sospecha que entre ellos pueda haber un verdadero depredador disfrazado de cordial vecino. Toda la atmósfera rural queda muy bien descrita en la novela, con todas las mecánicas que se pueden dar en un lugar tan pequeño en el que todo el mundo se conoce y en el que nunca pasa nada pero de repente ocurre algo que nadie sabe cómo gestionar, con la colonización de las televisiones y los tabloides irrumpiendo en sus tranquilas vidas. La autora ejecuta muy bien toda parte descriptiva porque de verdad nos hace sentir en medio de ese entorno aislado de las grandes ciudades y de otros thrillers con ritmos más trepidantes.

La trama se va desarrollando con el suave vaivén de varios puntos de vista que nos ayudan como lectores a estar presentes en cada una de las escenas relevantes, siendo testigos de los pensamientos y sentimientos que van teniendo los personajes principales de la novela. de entre ellos, cabe destacar a quien da nombre a la historia, la niña convertida víctima de un perturbado secuestrador obsesionado con tener a su propia Rapunzel encerrada en su particular “torre”. Tanto la psicología de Gazania como la de su captor forman un binomio en constante evolución desde la primera interacción y son muchísimos los sentimientos que pueden provocarnos al leer tanto uno como otro punto de vista. En ese sentido, esta novela tiene más de thriller psicológico que de novela policíaca al uso en la que debemos averiguar qué ha sucedido con la niña, quién es el malo del cuento y cómo se resolverá todo, si estaremos ante un final feliz o la situación acabará en tragedia.

Realmente el punto fuerte de este libro es el ambiente de angustia, de misterio, de supervivencia en una situación límite, de empatizar con el dolor de un padre que puede perder todo su mundo, de impotencia por asistir al horror traumático de una niña pequeña… Quizás la parte más interesante (y morbosa, incluso) sean cada uno de los encuentros de Gazania con el villano de esta historia, que guarda muchísimos paralelismos con el tenebroso cuento en el que se inspira. Por el contrario, personalmente el aspecto que menos ha importado quizás ha sido saber quién estaba detrás del secuestro, quién era el lobo que se escondía entre el rebaño de vecinos del pueblo porque tampoco es que podamos ir haciendo demasiadas pesquisas para averiguarlo a medida que avanza la investigación de la policía, de quien también tenemos otro punto de vista muy bien llevado. A leer no me importaba tanto saber quién era porque lo que de verdad me ha fascinado más ha sido saber cómo era ese monstruo obsesionado con una niña pequeña a la que ha observado durante un tiempo y que lleva preparando su “estancia” durante bastante más en su locura personal.

Por otro lado, el circo mediático que se monta alrededor de este caso es una buena crítica social en paralelo a lo que sabemos que ocurre cuando en la realidad ocurre un caso similar, con los medios de comunicación emitiendo especiales informativos, tertulianos opinando de todo sin saber nada y con las cámaras como buitres alrededor de la carnaza en pleno escenario de la desgracia de los familiares y allegados. Por lo demás, confiaba plenamente en el estilo de Sofía Parra para que me gustara su narrativa, así que en ese aspecto no me he llevado ninguna sorpresa. Tiene una manera muy correcta de expresar sentimientos muy extremos y de describir a la vez situaciones que en otro caso serían muy morbosas de una forma aséptica, llana y sin entrar en valoraciones morales. Así deja plena libertad al lector para poder sentir cualquier tipo de emoción al ir leyendo y, creedme, que van a ser muchas y no todas buenas.

En otras palabras, Gazania es un buen libro con el que descubrir otro estilo diferente de novela de misterio, un thriller rural que combina investigación policial, crítica social y psicología criminal de una manera sencilla y entretenida, apta para todas las edades aunque contenga escenas más o menos escabrosas de violencia, tanto física como emocional. Para mí ha sido una gran experiencia porque los casos que involucran a niños suelen requerir de una especial sensibilidad y la autora cumple con creces. Ha sido mi primer acercamiento a una novela de Sofía Parra pero sé que no va a ser la última.
Enlace: https://enmitiempolibro.blog..