Infiltrado

A pesar de que Infiltrado se considera una historia independiente que transcurre en el mismo mundo que El demonio de Próspero, mi recomendación es no leer esta sin haber leído la otra, pues hay detalles del mundo que se dan por sabidos al haber sido explicados en el primer libro, así como vínculos entre una historia y la otra en lo referente a los personajes que merece la pena conocer de antemano.


No temáis, a pesar de contener algunas comparativas, va a ser una reseña sin spoilers del libro anterior.


En lo referente a la estructura, nos encontramos con que se sigue la misma que ya veíamos en el primer libro: una novela corta, sin capítulos, pero con saltos de escena que permiten al lector hacer una pausa. Una vez más, se tira del recurso de flashbacks que dotan de un punto extra de complejidad al personaje principal, permitiéndonos comprender un poco más su evolución y desarrollo.


Y hablando del personaje principal, hay que decir que en este libro hay un cambio de enfoque muy interesante. Un nuevo punto de vista gracias al uso de un protagonista opuesto al anterior que me ha parecido un gran acierto.


En esta ocasión he sentido que la trama era más compleja. Si bien en Próspero navegábamos por una trama con un objetivo más o menos claro, en esta avanzamos sin saber a dónde vamos a llegar, quedando atrapados en una red de conspiraciones de la que, poco a poco, iremos conociendo los detalles.


Para mí, lo mejor del libro ha sido la visión de los conceptos del bien y del mal, jugando con cómo se ven reflejados estos en las figuras de los ángeles y los demonios y percibiéndose en ello una  fuerte crítica por parte del autor. Todo esto aderezado con el peculiar humor ácido que nos cautivó en el primer libro.


Si os gustó El demonio de Próspero, no sé a qué esperáis para adentraros en las páginas de Infiltrado.