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Tomás Moreda, "El Monstruo de la Tejera Negra", duda unos segundos antes de decidir si salta desde el precipicio a las aguas del Bornova o muere a manos de quien lo persigue. Esta es la encrucijada a la que se enfrenta tras 30 años de cárcel por asesinar a sus dos hijos. Nunca aparecieron. Él no recuerda nada de aquél día. Días después, su madre solicita a la agencia "Constanza Desaparecidos" que lo investigue al dudar de que se trate de una desaparición voluntaria. ¿Dónde está su hijo? ¿Qué fue de sus nietos? Situamos la trama en la provincia de Guadalajara, en la zona de la Sierra Norte. En este rural noir, Frank Durán, un expolicía expulsado del cuerpo, se enfrentará a la maldad que acecha y que habita en nosotros, porque Samael somos todos, el "Angel de la muerte", el "Veneno de Dios", un personaje que se nutre de la realidad de los traumas infantiles y de las creencias ancestrales, ésas que subyacen en los mitos y leyendas de la zona. Es una novela que ha gozado del aplauso más o menos unánime de la crítica; he leído buenas reseñas sobre ella. Se ha alabado su prosa ágil y sencilla que, sin embargo, yo defino como simple; de la buena construcción de personajes, en la que, en mi opinión, abundan los tópicos. Y entiéndase como "tópicos" algunos de esos clichés que abundan en el género negro. Por mucho que, siendo una novela coral, nos acerque al conocimiento de los personajes al narrarse todos en primera persona, no he logrado conectar con la historia ni con sus protagonistas; se me han hecho largas sus 520 páginas sin que tuviera, en ningún momento, esa tentación irrefrenable por querer retomarla ni la necesidad perentoria de desentramar el enigma. Pienso en mis últimas lecturas del género, en Oates, Hausmann o Bret Easton Ellis, en su manejo maestro del "monólogo interior" de sus personajes, en el dominio brillante de los tiempos, en la dosificación perfecta de la información que conlleva una tensión "in crescendo"; todas ellas lecturas muy inmersivas, intensas... y sé que mi distancia con "Las horas crueles" se basa en mi particular listón de expectativas, en las comparaciones instintivas que Marto Parientes encontraría, sin duda, odiosas. Os invito a la lectura de esta novela negra, muy visual, casi cinematográfica, con la que seguramente habré sido más subjetiva de lo habitual. Para tener opinión, leamos. Te esperamos en Entre Libros. Enlace: https://www.facebook.com/pro.. |
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