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Conocer a Leigh en su viaje ha sido emocionalmente estimulante y agotador a veces. Me agotó (en el BUEN modo, fíjate) porque se sentía muy real. Después del inesperado suicidio de su madre, Leigh lucha con la realidad de su dolor: ve a su madre como un pájaro y viaja a Taiwán para conocer a los padres de su madre, sus abuelos taiwaneses, por primera vez. Mientras estaba viva, su madre se negó siquiera a hablar sobre su familia en Taiwán, por lo que esta es una nueva experiencia para ella. A pesar de la barrera del idioma, el viaje la ayuda a descubrir secretos familiares y darse cuenta de que la vida de su madre no fue exactamente como la imaginaba. Esta epopeya multigeneracional es absolutamente hermosa. La prosa es impresionante y los personajes se sienten completamente reales. Me reí, lloré (o casi) y no pude dejar de pensar en él cuando ha acabado. Se lo recomendaría a cualquiera que esté luchando contra el dolor, o realmente a cualquiera porque es perfecto y maravilloso. |
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