 |
¿Como puedes pasar de tener una vida organizada y feliz a no tener nada? ¿Puede tu vida dar un giro que haga peligrar tu vida, sin saber por qué? En esta segunda novela nos volvemos a reencontrar con nuestros médicos y demás voluntarios, en el hospital de Ndogmji en el continente africano. Poco o nada, ha cambiado la vida de nuestros protagonistas en su día a día. Siguen ejerciendo su profesión en unas pésimas condiciones, e intentan seguir con sus vidas. Yolanda y Samuel están felizmente casados, Hugo intenta que Laura salga de la depresión que padece, Javier sigue siendo un mujeriego… La vida de todos ellos se ve entremezcla con la inestabilidad política que sufre el país con continuos estallidos de violencia y masacres por parte del ejército y las milicias. Sin saber cómo, Yolanda se ve metida en una situación extrema, muy peligrosa, en la que está en juego su propia vida. Esta vez nuestra protagonista tiene que enfrentarse a las supersticiones y a sus propios demonios. Intentando descubrir cómo ha llegado a tal situación y, a la vez intentando no dejarse llevar por el pánico, no perder la cordura y alejar sus peores miedos, empieza a rememorar el pasado cercano. La autora, de nuevo en esta novela, con un estilo sencillo y directo, un ritmo ágil gracias a que introduce muchos diálogos, crea una trama que te mantiene en suspense hasta el final. Mezcla noticias reales de África, da visibilidad y voz a los cooperantes que trabajan en aquel continente y, crea varios hilos argumentales que se entrelazan y dan lugar a situaciones de tensión, tanto amorosa como política, a momentos de acción y también de reflexión. Consigue así crear una historia brutal donde se entremezcla política, poder, cárteles de droga, enredos amorosos, traiciones, venganzas, amistad, asesinatos. Una lucha de poder en la que todo o casi todo vale. Los personajes siguen siendo fuertes e idealistas con unos principios y convicciones muy claros y, sobre todo son personas muy reales. Aunque el peso de la trama recae sobre Yolanda que es quien va haciendo el recorrido a través del tiempo, sin duda en esta novela el que más me ha impactado por su evolución ha sido Javier. Mujeriego empedernido sin relación estable, sólo utiliza a las mujeres en su beneficio sobre todo si son poderosas y tienen información. En un principio parece que no le importa nada y que no se toma nada en serio. Pero según vamos avanzando en la lectura descubriremos aun Javier muy distinto. No deja de jugar con fuego y pisar al borde del precipicio en una partida de ajedrez donde cada pieza tiene su homólogo real en personas importantes e influyentes. Intentando que la situación del país cambie a mejor, jugará sus cartas, pero acabará implicado de manera más o menos directa en una red internacional de tráfico de drogas. En este libro, como indica su título, veremos cómo arde un país, como arden los protagonistas y sus relaciones, como arde una pasión por un trabajo totalmente vocacional... Las llamas lo consumen todo a su paso y amenazan, como sucedió con el hospital en el pasado, con acabar con todo sin piedad. Un libro con un final de infarto donde los acontecimientos se suceden a un ritmo de vértigo y, en el que descubrirás que todo es posible y que la magia, a veces, existe. Yo ya había leído "Cicatrices de África" y me había gustado, pero creo que ésta segunda parte es aún mejor. Cristina ha vuelto a conseguir crear una novela con un trasfondo humano increíble. Si no habéis leído ninguno os los recomiendo. |
>
