El sintonizador

“El sintonizador” es una novela que bebe de varios géneros. Encontraremos misterio, drama, ciencia ficción, novela negra, incluso algo de humor. La composición de la historia abarca dos partes. Por un lado, viajaremos al Madrid decimonónico donde el protagonista será el escritor Mariano José de Larra. Vive con cierta intranquilidad por cómo va el país, aun así, les dedica tiempo a jóvenes aspirantes a escritores. Aquí nos introduciremos en lo que fue el ambiente y la cultura de la época que principalmente se movía en los bares y cafetines, volviéndonos aquel tiempo de caballerosidad y honor. La otra acción transcurre en nuestro siglo XXI, de nuevo un escritor tendrá un papel muy importante en la trama. Su nombre es Ricardo Rivas, un octogenario (apodado El Duque de las letras), vive en la costa Cantábrica. Una noche tormentosa llega su hija en una inesperada visita. Ella es una importante científica que acaba de inventar un extraño artilugio que permite recuperar los sonidos que se pronunciaron en algún instante...

Pronto entenderemos que no vamos a encontrar ninguna máquina del tiempo en la cual el protagonista viajará, en cambio conoceremos un aparato que puede rescatar fragmentos del pasado. Pero ¿de qué modo se conectará ese invento con el mismísimo Mariano José de Larra? Este es uno de los misterios a seguir. Por otro lado, tendremos otra historia secundaria, del otro hijo de Ricardo, que ya no se encuentra con ellos.

El eje central siempre será la conexión entre el padre y la hija, aunque también el hijo conectará en algunos momentos. José Luis Ordóñez se maneja estupendamente en lo que son las ambientaciones siniestras, por ese motivo dejó que ese diálogo trascendente y extenso entre padre e hija se desenvuelva a través de una tensión que siendo ficticia se percibe verdadera envolviendo al lector en suspense y misterio. Seguiremos una narración sencilla con algún que otro sobresalto. Los diálogos se sentirán sinceros y francos, perfectamente elaborados, mezclándose con exposiciones de ademanes y ámbitos de manera que el lector creerá estar en ese lugar.

Con Mariano José de Larra y sus últimos momentos, toda la historia tomará otro cariz poniéndose en marcha con ese Sintonizador removiendo momentos del pasado. Eso hará que secretos hasta ahora ocultos salgan a la luz provocando el desmoronamiento de los pilares familiares, con escenas repletas de sentimientos entre Ricardo y su hija. También nos harán partícipes de lo fina que es la línea que separa este mundo del más allá.

Estamos ante una historia que en un principio parece una cosa para luego tomar un rumbo muy diferente, ese giro tan inesperado para mí es lo mejor de todo, no tener la trama controlada. Además, usando como protagonistas a escritores, nuestro autor aprovecha para meter el dedo en la llaga en ese mundo, en los éxitos, fracasos, luchando por hacerse ver en una época donde manda la tecnología, siendo tan complicado destacar entre tantos. Ese es el motivo en el que se profundiza del porqué Ricardo Rivas habiendo tocado el éxito con las manos no ha logrado verse avalado por los críticos. Destacar las meditaciones metaliterarias sobre la alta literatura recordando autores españoles que quedaron en el olvido.

Un libro fácil de leer homenajeando al mundo de la literatura española a la vez que nos introduce en un interesante misterio.