Si el arco de las sagas de Water Seven y Enies Lobby es el mejor de lo que llevamos de este manga, se dice y no pasa nada. Que maravilla de arco, de principio a fin ha estado repleto de todo; acción, tensión, emoción, humor y momentos tristes y emotivos. Y todo esto no podía faltar en este último tomo. Ha sido la guinda perfecta para esta parte de la historia, que marca un antes y un después en la historia de los mugiwaras y en la del mundo de “One Piece” en general. El tomo me ha tenido en vilo desde la primera hasta la última página. La pelea entre Luffy y Rob Lucci me ha parecido la más intensa de todas las que hemos visto en este manga hasta ahora. No es solo por lo poderoso y peligroso que es el enemigo, también se debe a todo lo que pasa a su alrededor con la Buster Call y la marina cerniéndose sobre los piratas y sus aliados para impedirles escapar. A habido muchos momentos de infarto en este tomo, en el que casi uno puede tener (aunque nunca llegar a creer, desde luego) que es el final de nuestros protagonistas. Y entre toda esta acción y tensión ( que como siempre Oda sabe llevar muy bien) brillan los propios Mugiwaras, su espíritu de lucha, su tenacidad, su trabajo de equipo y su amistad preciosa e inquebrantable. Es imposible no quererles ni emocionarse con ellos y como logran hacer posible lo imposible. En este tomo cristaliza algo que lleva viéndose en toda la saga, y es la evolución grupal de todos como amigos y compañeros. Y también destacan, como contrapunto, los momentos divertidos, que desengrasan entre tantas luchas. En este tomo destaca el momento en que descubrimos que la vieja Kokoro es una sirena y que estas pueden tener dos piernas al cumplir 30 años ( y además nos sirve de introducción de la isla Gyojin). Y luego ese final... nunca dejara de emocionarme, nunca dejara de provocarme las lagrimas como pocas cosas que leo pueden hacer. El Going Merry era un nakama más, y su despedida ha sido la que se merecía, una autentica preciosidad. Creo que en ninguna historia un barco ha dado tanto, hasta ( y no exagero) la extenuación como el Going Merry, y por ello siempre le recordaremos. En definitiva, un volumen muy completo, el perfecto broche de oro para una de esas sagas que se viven mientras se leen. |