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¡Damas y caballeros, con todos ustedes ahora empieza One Piece de verdad de la buena! En este tomo es cuando nos encontramos con lo que es de verdad esta serie, tíos que se cargan con una espada un barco entero con los ojos cerrados y que dejan al arrastre a otros con un cuchillo, bandas piratas que se dedican a ser cocineros en un restaurante capaz de cambiar de aspecto y albergar armas como un transformer. Si, aquí es donde este manga deja de ser convencional para avanzar hacia el bizarrismo y lo extraño, y todo esto sin perder los tempos entre acción y diversión. Y solo ha comenzado. He disfrutado mucho de este tomo. La saga del Baratie me resulta un poco indiferente, pero me esta gustando lo que estoy volviendo a leer. Sanji es un gran personaje, aunque me parece que su introducción en la historia esta un poco desinflada, no resulta tan impactante como las de Zoro, Nami o Ussop en su momento, tomos atrás. Sus interacciones con Luffy, como no, son muy graciosas, un autentico despropósito que sirve de bisagra graciosa para el conjunto de la historia. Porque Oda ha cerrado el tomo dejando a sus protagonistas en unas situaciones muy comprometidas, con Nami desertando de la banda y llevándose el barco y el dinero a lagrima viva (lo que nos espera próximamente, ya veréis), Zoro herido tras ser humillado en su combate con Mihaw, El de los Ojos de Halcón, el mejor espadachin del mundo (dato randón y que no interesa a nadie: me encanta la voz de este personaje en el doblaje en castellano xd) y a Luffy y a Sanji luchando con los del Baratie para evitar la invasión de la banda de Don Krieg, un malo que no le llega a las suelas de los zapatos al capitan Kuro o a los antagonistas que van a venir próximamente, pero cumple su papel de ser una amenaza y dar miedo, incluso cuando sabes que no aguantó ni una semana en el Grand Line. La cosa se esta poniendo interesante |
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