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Toda la historia sucede en un instituto, concretamente en una clase que empieza con un examen de matemáticas, que se ve interrumpido por una alarma amok. ¿Qué significa? Que hay un alumno armado y hay que encerrarse en el aula hasta nuevo aviso. Desde el principio nos mantiene en vilo, sintiendo la incertidumbre que se respira en la clase, en tensión. A medida que avanza la historia iremos descubriendo los motivos de la persona atacante, su relación con esa clase y cómo van desarrollándose los acontecimientos. La historia es contada a través de tres narradores en primera persona: dos de los alumnos y el profesor. La autora consigue con esto darnos distintos puntos de vista de lo que sucede y, al ser personajes muy distintos, resulta muy interesante el impacto que tiene en cada uno y sus pensamientos. Es cierto que llega un momento en el que hay alguna cosa, como por ejemplo, la resolución de lo sucedido que no me ha encajado. Decir que el mensaje que quiere transmitir llega perfectamente y la curiosidad nos mantiene atrapados. La pena es que no nos da pie a jugar a adivinar quién puede ser la persona armada porque no sabemos mucho del pasado de los personajes. Como he dicho es muy cortita y no quiero desvelar mucho más, pero buscáis una novela ligera entretenida está bastante bien. |
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