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Rosie es una mujer que ha viajado y trabajado por todo el mundo, una mujer que ha vivido libre, que ha mantenido una relación con un hombre casado y que ha despertado cada mañana en un hotel diferente . Rosie ha tenido una vida errante, siempre deseando escapar de su Dublín natal. Pero un día debe volver para cuidar a Min, su anciana tía que la cuidó desde sus primeros días. Min está deprimida, pocas veces sale de la cama y, cuando lo hace, es para ir al bar a beber. Con cariño, Rosie es un libro sobre dos mujeres que intercambian sus roles, dos mujeres que deben (re)conocerse y (re)descubrirse juntas y por separado. Esta es una historia que demuestra que nunca es demasiado tarde para seguir aquellos sueños que las circunstancias vitales nos hicieron abandonar. Rosie quiere ayudarla, quiere acompañarla, quiere devolverle los cuidados que le brindó durante su infancia y adolescencia, y su manera de hacerlo es la única que conoce, a través de los libros. Pero, ¡qué sorpresa! Los libros que encuentra están dirigidos a un público joven con el que no se identifican. La ausencia de literatura de autoayuda para mujeres de mediana edad anima a Rosie a retomar el contacto con su mejor amigo de la infancia para escribir su libro, un libro de una mujer madura para mujeres maduras, un libro con con las reflexiones tristes y divertidas de una mujer en la cúspide de su vida y sobre cómo seguir adelante. Para reencontrarse con Markey y contactar a las editoriales, Rosie viaja a Nueva York. Mientras Rosie deja su trabajo para cuidar de Min, Min desea retomar su vida desde el punto en el que la dejó cuando, con poco más de veinte años, tuvo que dedicarse a la crianza de su sobrina: en los Estados Unidos. La anciana es extremadamente feliz en la gran ciudad y se niega a volver a Irlanda. Rosie regresa sola para cuidar de Bell, el gato de Min, y de su hogar. Con cariño, Rosie es una historia maravillosa sobre el amor y la amistad, y una reflexión interesante sobre la madurez y aquellas cosas que ganan (o pierden) importancia con el paso del tiempo. Rosie se embarca en un nuevo viaje interior y, desde Dublín, reflexiona sobre las elecciones que hizo en su vida. Realiza, por ello, un examen conmovedor sobre la mediana edad, sobre las relaciones maternofiliales, sobre los secretos familiares, la depresión, las oportunidades perdidas, la creatividad, la soledad y la vida. La angustia de la mediana edad no es tan diferente de la angustia de la juventud, así que, independientemente de cuál sea vuestra edad, os recomiendo que conozcáis a Rosie y Min, que viajéis con ellas a Dublín y a Nueva York. Os aseguro que las echaréis de menos, también a Andy, Tessa, Peg, Reeny, Bell, la perrita o la cerdita Madre Irlanda. |
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