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Otra hubiera sido mi calificación si, en lugar de los cuentos completos, hubiera leído una selección apropiada de ellos. Aunque no comulgo apenas nada con la forma en la que esta señora afronta la vida, tengo que reconocer que hay una serie de relatos magníficos, dignos de cualquier antología del género. Pero también es verdad que el repertorio de temas y de personajes es sumamente estrecho, el desarrollo de las tramas repetitivo y hay demasiados finales que no están a la altura. O'Connor, no sé si por un posible sentimiento de culpa que es incapaz de superar, humilla una y otra vez a ese intelectual un tanto sabihondo que mira por encima del hombro a la buena gente del campo, ignorante pero temerosa de Dios. La autora es muy dura con sus personajes, pocos son los que escapan a su contenida furia, pero lo es especialmente con esos que supuestamente tienen una superioridad intelectual que siempre juega en su contra. También me ha parecido ver un sentimiento de culpa tras otro de sus grandes temas: la MALDAD. Y dónde mejor la explora es en ese cuento tan brutal como espléndido que es “Un hombre bueno es difícil de encontrar”. Una MALDAD entretejida con la banalidad de los hechos cotidianos. Una MALDAD que no acaba de atribuir al origen innato o al origen circunstancial. Una MALDAD que, no obstante, parece que solo puede ser vencida por el temor al castigo más cruel: “Habría sido una buena mujer si hubiera tenío a alguien cerca que le disparara cada minuto de su vida.” Quizás no haga falta una pistola y valga con la amenaza de un infierno apocalíptico. Como dijo una vez Harold Bloom refiriéndose a la autora “su sensibilidad era una mezcla extraordinaria de salvajismo sureño y severo catolicismo”. Y así ella misma quizás era la primera necesitada de esa amenaza que le facilitara mantener a raya su malvada y pecaminosa naturaleza. No deja de ser curiosa esa supuesta bondad que surge del miedo al castigo… o quizás no lo sea tanto. ¿Quién tiene más mérito, quién se merece más la salvación, aquel que es bueno por naturaleza, que es parte de su esencia el hacer el bien o aquel que tiene que torcer su condición, contenerse continuamente para no hacer lo que haría dando rienda suelta a sus instintos? ¿Está O'connor buscando nuestra compasión y comprensión? |
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