AVISO: esta reseña contiene SPOILERS sobre las anteriores entregas de la saga Bad Ash. Durante el instituto Ash y Cam vivieron una vibrante e intensa historia de amores, errores y reconciliaciones. En la universidad su historia se fue a pique y los errores los separaron pero tal vez sus corazones están destinados a estar unidos. Tras la bomba emocional del anterior libro, recuperamos pasados 2 años a unos protagonistas más maduros, capaces de aceptar sus errores y que buscan seguir con sus vidas. Ash está centrada en su tesis mientras Cam es un brillante deportista pero ambos acaban por volver a encontrarse. Lo que empieza como un intento de amistad reabrirá viejas heridas y sentimientos. Si bien Ash en el anterior libro me pareció insoportable, en este es una persona adulta y dispuesta a aceptar la culpa de las irracionales acciones que cometió. Su evolución desde el principio de esta 5ta parte, junto a los pasos que va dando para recuperar a Cam, son coherentes y dulces, como fue su historia. Cam es el mismo chico dulce de siempre pero herido y ya no tan inocente a lo que puede traer la vida. Sus reflexiones respecto a lo que debieron mejorar y sobre lo que quiere hacer con su vida, serán puntos importantes en la trama, aportando más peso y voz a Cam. Si hay algo que sigue sin gustarme es la obsesión que tiene todo el mundo que los rodea en meterse en sus vidas y forzar encuentros y una vuelta a la relación. No solo no tienen en cuenta sus sentimientos, sino que llegan a resultar cansinos con momentos "cursis" que sacan de la trama. En conjunto es un buen cierre, con unos personajes que hemos visto crecer y evolucionar, pero que no necesitaban tantas vueltas a su trama, dando esta parte la sensación de buscar remontar los rotos que hizo la anterior. Colibrí. |