Cuentos, verduras y todo lo demás

Como el propio título refleja, en este libro encontramos una historia con cuentos, verduras y mucho más. En el libro se nos presenta a una familia formada por Felisa (la madre) y sus dos hijos (Abel y María), y el padre de la primera (Severo). Como suele ser habitual en muchas familias, los niños tienen que ir a comer con frecuencia a la casa del abuelo, y allí surgen conflictos en torno a la comida y, sobre todo, cuando están presentes las verduras y las hortalizas. Severo no es el típico abuelo que satisface los caprichos de sus nietos con la comida, sino que, está comprometido con que tengan una alimentación variada y saludable; lo que supone, necesariamente, tener que comer vegetales. Cada día, cuando les pone el plato de comida en la mesa, comienza la lucha para que se lo coman. Sin embargo, Severo decide empezar a contarles historias para que así, absorbidos por la trama y sin apenas darse cuenta, se lo vayan comiendo. Pero no solo será Severo quien tenga que contar cuentos. En cierto momento que no revelaré, Abel tienen que tomar el mando y contarle un cuento a su abuelo con un fin muy similar al de los cuentos de él.

Severo utiliza estos cuentos para transmitir ciertos valores a sus nietos, por lo que el libro está cargado de mensajes y la temática es relativamente amplia. Así, los principales temas son: la alimentación saludable, la reducción de la ingesta de carne, la protección de pequeños seres vivos como las abejas y las lombrices, y la familia.

El libro se divide en veinticinco capítulos cortos. La forma de escribir del autor es sencilla y utiliza un vocabulario muy próximo a los lectores a los que se dirige. En lo relativo a la edición, el tamaño de la fuente es relativamente grande, lo que, unido a lo anterior, hace que se lea sin apenas darte cuenta.

Merecen una mención especial las ilustraciones. No son muy numerosas, pero ocupan una página completa. Son en blanco y negro y relativamente sencillas, pero tienen la capacidad suficiente para ilustrar el contenido relatado.

La portada me ha gustado mucho. En ella vemos a los protagonistas del libro: el abuelo Severo y sus nietos Abel y María. Junto a ellos aparecen algunos de los personajes de los cuentos que el abuelo les relata. Tanto las tonalidades como la disposición del título y el autor me parecen muy adecuadas.

El libro está recomendado para lectores a partir de nueve años, aunque creo que también se puede adecuar a lectores de ocho años.

En definitiva, es una lectura que recomendaré y que prestaré a mis alumnos para que ellos también se impregnen de estos valores.