El camino de regreso a casa

Cuando regresamos a casa después de un tiempo, a veces, nos cuesta reconocerla, nos resulta extraña. Su tamaño, su luz, su aroma, las personas que viven allí… Una membrana de nostalgia lo recubre todo y las sensaciones que trasmite son diferentes a cuando éramos pequeños. Están distorsionadas, disipadas como la niebla, alejadas de nuestra realidad unos cuantos pasos. Kaoru está de nuevo en la casa familiar y se siente precisamente así. Lo único que parece ser igual que siempre es su perrita Sakura.

𝘌𝘭 𝘤𝘢𝘮𝘪𝘯𝘰 𝘥𝘦 𝘳𝘦𝘨𝘳𝘦𝘴𝘰 𝘢 𝘤𝘢𝘴𝘢 de la escritora japonesa 𝘒𝘢𝘯𝘢𝘬𝘰 𝘕𝘪𝘴𝘩𝘪 es una oda a la melancolía y a los recuerdos, una caricia a la infancia y al crecimiento. Tras un comienzo que me resultó algo descafeinado la historia de esta familia terminó arropándome con su calidez. Y es que la literatura japonesa, con una cadencia y una mirada única hacia los detalles, y sin necesidad de crear grandes escenarios o circunloquios extensos, es un ejemplo de que con la sencillez se puede crear belleza.

Esta familia de seis miembros ha logrado conmoverme de principio a fin, tanto con las travesuras de los niños como con el momento de hacer unas simples empanadillas. Sin dejar de lado los momentos más difíciles que todas las familias deben atravesar alguna vez en la vida, porque hasta los hogares más perfectos terminan rompiéndose y viéndose afectados por el paso del tiempo y la pérdida.

En esta lectura he encontrado cierta paz, esa que se siente cuando caminas por el campo al atardecer y el cielo arde como hojarasca en azul y naranja vivo, y el estómago se te encoje durante los últimos minutos antes de alcanzar la noche; o la misma paz que se siente cuando un escalofrío te recorre la nuca y ponerte la sudadera de un ser querido te hace entrar en calor de nuevo. Puede que sea un poco sensorial con mis lecturas (mucho… bastante…jajajaja), pero así me he sentido al terminar este libro. Me quedé con ganas de continuar conociendo a la familia de Kaoru, aunque no tuvieran nada especial que contar.