 |
A pesar de lo duro que todo se está volviendo para Lei y Wren, el papel no es tan frágil como parece, y puede destruir Ikhara desde dentro. Menudo final de trilogía que supone Chicas de muerte y de furia. No faltan las partes duras: el trauma por los abusos, recuerdos, traiciones... además de la acción propia de una sociedad en guerra. Sí que es verdad que yo no soy muy fanática de las escenas de acción y politiqueo, y en este libro abundan. Ten en cuenta que, además de temas duros, tiene escenas sangrientas y desagradables. Los personajes, algunos de los cuales ya eran grises en la segunda parte, ahora lo son mucho más. He sido muy fan de algunos de ellos, incluso aunque no comprendiera sus acciones, mientras que he detestado a otros. Soy de las que piensan que, si un personaje te cae mal, es que está bien construido; la idea es que te haga sentir. Sí es cierto que, en ocasiones, he sentido que no avanzaba con el libro por mucho que leyera, además de que hay cosas sobre Lei que me ha costado tragar. Chicas de muerte y de furia me ha dejado sentimientos encontrados. Hay muchísima acción, personajes muy grises y giros que no esperaba, además de tratar temas súper importantes. Sin embargo, se me ha llegado a hacer un poco pesado; quizás se podría haber dejado en una bilogía con dos libros algo más largos. Creo que va a ser de esos casos en los que la percepción global de la trilogía vaya cambiando con el tiempo. |
>
