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Esta historia no es muy larga, apenas cien páginas, se lee en un rato. Me ha parecido bastante triste por la vida del protagonista, marcado desde el nacimiento, un niño prodigio que no supo crecer y mantener su poder. Un mundo exterior que lo condiciona hasta su final. He encontrado, para mi gusto, demasiados detalles de mobiliario, flores, adornos, imagino que, para distinguir claramente la diferencia entre la pobreza y la riqueza, los extremos están muy marcados. También he de decir que no es de las historias que más me han gustado de Nemirovsky, pero es de sus primeras obras y en ella ya se nota el talento que llegará después
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