Kristen muere en un accidente de tren, ese inesperado suceso hace que Annie se sumerja en su mundo, buscando el amor y apoyo de su madre Erika, agente de buenas raíces, un empleo exigente y exitoso pero de bastante presión, pero ella se centra por completo en su empleo. Ambas se sienten culpables y se reprochan por la muerte de Kristen. Una se niega a que Kristen esté muerte, que cree que fue un error y Erika siente culpa por nunca poder estar ahí para sus hijas. Annie se va a París de niñera y Erika se queda. Poco después, ella empieza a recibir emails y va a comenzar a averiguar quien los manda. Lo que hace que deje de estar tan sumergida en el empleo. Hay cosas que no he estado de acuerdo o no entienda porque lo hacían, pero me ha encantado el aprendizaje que lleva este libro metido en sus páginas y esas frases que te llegan tan profundamente. Una historia amena, que te hace sentir y de la que no puedes evitar enamorarte, al menos un poquito. |