La montaña en el mar

La montaña en el mar es una de esas novelas que van más allá. No es una mera obra de ciencia ficción escrita con la finalidad de entretener, pues toca una gran variedad de temas muy interesantes e invita a la reflexión sin imponer una opinión concreta, dejando que seas tú el que decida qué pensar.


Así pues, nos encontramos con temas como la evolución de las especies, la puesta en duda de la supremacía del ser humano, todo lo que la humanidad es capaz de hacer cuando se ve amenazada, el avance de la inteligencia artificial y sus repercusiones en nuestra sociedad, el poder y la importancia del lenguaje y la comunicación...


Aunque, si no te apetece activar el modo filosófico y reflexionar acerca de todos estos temas, también puedes quedarte tan solo con lo que es la historia en sí, y limitarte a navegar por una entretenida historia de ciencia ficción de esas que te mantienen con los pies en tierra firme. Nada de naves espaciales ni de navegar más allá del espacio exterior.


Es una novela de trama relativamente sencilla, cuya riqueza está en todos los elementos que la complementan, aunque a priori pueda parecer que estos tienen un papel más secundario. Se nota que el autor sabe de lo que habla y te transmite todo ese conocimiento manteniendo un equilibrio entre información y desarrollo de la historia. El hecho de no meterse en una trama excesivamente compleja es lo que permite que los datos más técnicos se nos vayan dando de manera progresiva, permitiéndonos asimilarlos antes de continuar.


No es una lectura sencilla, y probablemente no sea la mejor opción para empezar con el género. Sin embargo, sí me parece una maravillosa opción para los lectores de mente más científica, o para aquellos habituados a leer obras de ciencia ficción.


Eso sí, debéis tener claro que, tras leer esta novela, jamás volveréis a ver los pulpos del mismo modo.