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La sangre corre como un río por mis sueños, nos cuenta las vivencias del escritor, Nasdijj, mestizo, hijo de una navaja y un vaquero, quien vive en la reserva del desierto de Estados Unidos, donde nos podemos transportar por las maravillosas descripciones que relata. En una serie de relatos nos habla de diversos personas que marcaron su vida: El primero, el hijo que perdió por el síndrome del alcoholismo fetal, recordando los momentos de pesca juntos y el sentimiento de soledad e impotencia que le dejó su pérdida. En otros capítulos trata la marginalidad en la sociedad al ser mestizo y al ser un sin techo, las dificultades para buscarse la vida y la imposibilidad de vivir de la escritura. Es conmovedor y desafiante el capítulo en el que trabaja en el instituto y pasa de confiscar armas a que le asignen el caso de un chico que dan por perdido, hasta que lo ve preparado para devolverlo al instituto, como si fuera un ciervo que devuelve a la naturaleza. Unido a su origen trata la historia de los indios, considerada como "la sangre que corre como un río hacia el océano" la cual parece olvidada en el mundo actual. Nos relata el transcurso de la enfermedad, el sida, que va consumiendo poco a poco la vida de un amigo, con el que comparte sus últimos alientos, de cómo la enfermedad aísla y del estigma y la invisibilidad de la misma, siempre retornando a esa soledad que marca todo el libro. "Ahí está la enfermedad, flotando con su máscara de muerte y avanzando en su intrincada soledad" Recuerda su adolescencia, en la que ya escribía "Me gustaba el fluir de las palabras y descubrir que era posible huir en la corriente de ese río". Una forma de liberarse de la realidad desesperada en la que vivía y sufría los malos tratos de su padre. La escritura es para Nasdijj esa fiel compañera durante toda su vida con la que hace frente a la soledad y al vacío para escribir su historia. "Tu historia es ahora. Tú eres tu historia" |
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