Una chica tan ligera y una chica tan pesada

Kirim Nam responde con estilo propio a la influencia recibida tanto por la Universidad de Seúl, en donde tuvo oportunidad de acercarse a disciplinas artísticas como el teatro, la poesía, la danza y la música, como en la de Berlín, en la cual conoció a artistas de todo el mundo en su gran debut literario “Una chica tan ligera y una chica tan pesada” con la cual presenta sus dotes como autora e ilustradora.

Lo primero que llama la atención del volumen es su original formato vertical, usando cada lado para diferenciar los dos mundos de las protagonistas.

El arte de Kirim es ecléctico y contemporáneo. Se trata de una historia muy simbólica, inspirada en la naturaleza del ser humano. La chica ligera, representa el alma, los sueños, la creatividad, la libertad, la despreocupación, mientras que la chica pesada es justo lo contrario y recrea el peso de las obligaciones, la opresión, el cansancio, la desidia, la ansiedad.

A través de líneas y formas que oscilan entre la figuración y la abstracción, la autora refleja un arte simbólico en donde los colores se muestran apagados y las imágenes no tienen sentido representativo, sino que trata de recrear ideas, conceptos, emociones, cualidades o valores.

Su estilo contrapone el exceso de colorido y disturbio visual por un lado con la diafanidad del otro, transmitiendo su mensaje más por medio de la estética que por el texto, el cual complementa la obra a partir de una o dos frases sencillas por página, llevando consigo un mensaje conciso y directo.

Se trata de una historia sencilla, una fábula donde dos jóvenes antagónicas deben enfrentar su naturaleza para alcanzar el equilibrio.
Sus protagonistas son dos chicas nómadas e individualistas enfrentadas a un mundo inhóspito compuesto de ruinas y parajes desolados en el cual a través de una mala experiencia deben encontrar en la otra aquello que las complemente.

En mi opinión, la novela gráfica sigue la línea de la literatura coreana. La autora genera un diálogo con el lector en post de que este descubra, mediante la lectura, su propio mensaje con un aprendizaje concreto; la importancia del equilibrio entre mente y cuerpo, obligación y libertad, realidad y mente. Su objetivo es provocar un pequeño cambio a mejor en la sociedad en la que vive.

Se trata de un arte vanguardista en donde la autora no deja un mensaje claro, sino que presenta una situación simbólica y metafórica para que cada lector lo interprete a su manera.

Es una novela gráfica que no agradará a todos los públicos ya que se trata de una obra de arte muy contemporánea que no encajará con todos los gustos. A pesar de ello, recomiendo darle una oportunidad a partir de una mente abierta y una mirada poco crítica para disfrutar de una literatura breve e intensa que deja un poso reflexivo.