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Un lagarto llamado Aoi llega a un instituto repleto de mamíferos, en el que estudia el gato Hachi. Algo que, para la rutina aburrida de Hachi, tampoco significa nada. Sin embargo, después de clase, entrevé el secreto de Aoi, un intensísimo color azul que le provoca un despertar. Aunque Aoi se empeñe en ocultarlo, Hachi le hace una propuesta... Aunque la historia de estos dos animales parece sencilla y predecible en un inicio, todo tiene más profundidad y oscuridad de lo que parece. Nagabe aprovecha para explorar temas bastante importantes y duros, que no voy a desvelar, pero que le dan un giro a este tomo que lo hace más interesante. La relación que va surgiendo entre Hachi y Aoi me ha gustado mucho y muy natural. Con el paso de las horas, ambos se acercan, pero todavía existe cierta distancia entre ellos que dificulta su entendimiento. Esto lleva a algunos momentos intensos que me ha gustado sobre todo por la expresividad de los dibujos y su dinamismo. Como me pasa con otros tomos únicos, el final es lo que menos me ha gustado, me ha parecido un poco abrupto y que deja mucho sin contar. Esto es un arma de doble filo, porque aunque deje algo de descontento al leerlo, también da pie a una posible continuación. En definitiva, un manga breve y entretenido de leer que, si bien no es un imprescindible, sí toca temas muy interesantes. Irbis. |
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