En la mujer de papel, se encuentra el estilo habitual de Guillermo Musso y esto funciona bien. A pesar de muchas acciones, la historia se prolonga y aburre un poco al lector. Sin embargo, el final es impresionante, deja al lector sin voz. En esta novela, el autor nos invita a reflexionar sobre la creación literatura, la ternura hacia sus personajes y la presión de los editoriales sobre los autores. Se puede imaginar que Guillaume Musso se proyecta sobre su personaje de Tom pero esto sigue siendo un interpretación de mi parte. |