El sueño del Anticristo: Corte de un andalusí en la corte del emperador Federico II

Me gusta mucho la novela histórica "El sueño del Anticristo". El autor lo registra todo en primera persona. Su personaje principal es Ibn Fahim, el Andalusí. Nacido en Málaga y fallecido en Lucera. Su vida estará ligada a la corte de Federico II. Como veremos en la novela, se ha convertido en uno de los personajes más interesantes de la historia del mundo con sus extraordinarias cualidades y su peculiar personalidad, diferente al de otros personajes de su época y más adelantado. Su carácter poco convencional hará que rompa constantemente las costumbres de su época, por lo que se le apodó "stupor mundi". Su continuo desacuerdo con el Papa también le valió el sobrenombre de "Anticristo", que ya hemos encontrado en el título de la novela. A lo largo de la novela, Federico II habla nueve idiomas y escribe en siete idiomas, lo cual le diferencia de otros monarcas de la época. Debido a su curiosidad por el conocimiento, fundó la Escuela de Poesía Siciliana y estudió filosofía, astronomía, matemáticas, medicina y ciencias naturales y fundó la Universidad de Nápoles. Escribió algunos libros como el tratado de cetrería. También se le considera el autor de los "Tres impostores" en los que se declara que Cristo, Moisés y Mahoma son los tres impostores. El espíritu de Federico II de crear el antiguo Imperio Romano lo llevó a modificar las leyes de su abuelo Rogeilioli de Sicilia y promulgó la "Constitución de Melfi" en 1231, en la que el Reino de Sicilia se reorganizó en una monarquía autoritaria, con gobierno centralizado, renagando del feudalismo. Su carácter hizo que la Sexta Cruzada fuera única. Con la ayuda de su asesor Hermann von Salza, se firmó una tregua de diez años con el sultán Al-Kamil a cambio de la posesión de lugares sagrados, incluidos Nazaret, Belén y Jerusalén, a excepción de los lugares sagrados islámicos. No reconocía públicamente la autoridad del Papa, razón real por la que fue excomulgado por Gregorio IX e Inocencio IV y por el Primer Concilio de Lyon que lo depuso como emperador por perjuro, herejía y perturbador de la paz. En resumen, la novela "El sueño del Anticristo" me hizo conocer a Federico II.