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Qué tiene de malo este libro. Nada. Es lo que dice su subtítulo: todo lo que la ciencia puede hacer por el medio ambiente y que los ecologistas no te dicen. Dónde está su problema. En que a lo largo del libro parece que sea más importante desprestigiar al movimiento ecologista y a sus partidos, que a explicar todo lo que la ciencia puede hacer. Es cierto que hay mucha información científica que te ayuda a entender muchas cosas. Por ahí no hay nada que reprochar. Por ejemplo, la transición energética no puede fundamentarse en eliminar la energía nuclear porque si no el consumo de carbón aumenta (como está pasando en Alemania). Por cierto, también advertía, porque este libro tiene un par de años, de lo absurdo (e hipócrita) que era depender del gas ruso (véase la situación actual). Pero como decía, el libro está cargado de referencias, comentarios o pullas a los ecologistas, y francamente, acaba siendo muy pesado. El último capítulo está basado en los partidos y el movimiento ecologista. No está mal que se señalen las contradicciones de los partidos ecologistas, sus figuras, asociaciones, etc., pero no entiendo a qué viene, por ejemplo, las referencias al nazismo para explicar los orígenes diversos del ecologismo. Está bien conocerlos, pero como decía, parece que el autor está buscando más defenderse de los ataques que sufre por parte de algunos demagogos ecologistas, que de explicar a la gente de a pie los fundamentos científicos para mejorar nuestra relación con el medio ambiente. Y repito, de esto último hay más que suficiente, pero cuando se pone a la defensa acaba siendo repetitivo. En mi modesta opinión, hubiera bastado con decir algo que repite en el libro: la ciencia no puede estar fundamentada en la ideología. Aún con todo, recomiendo su lectura. |
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