La conjura de los suicidas: Serie Kostas Jaritos 14

Hay determinadas épocas en el año en las que me apetece hacer alguna lectura más liviana, como por ejemplo las vacaciones de verano o las Navidades, y en estas ocasiones suelo elegir alguna novela negra. ¿Quién sabe por qué consideramos livianos los crímenes? Quizás sea porque este tipo de libros siguen una estructura bastante fija en la que podemos sentirnos cómodos en cierto sentido, y eso me suele pasar con Márkaris, que es un poco como volver a casa.

En la última novela de la serie del detective Kostas Jaritos nos encontramos en plena pandemia de covid. Mientras se mantiene una restringida libertad de movimiento y aún no se permite la apertura de negocios que favorezcan la reunión de personas (como bares y cafeterías), surge un peculiar movimiento que reclama la movilización de la gente frente al confinamiento: La conjura de los suicidas. Se trata de varios casos de ancianos que se quitan la vida dejando una carta en la que explican que en su época pelearon contra medidas drásticas del Gobierno y por ello no entienden que ahora se permita que la gente esté empobreciéndose por no poder abrir sus negocios.

Ante estos suicidios la población empieza a movilizarse de modo pacífico, reclamando al Gobierno que se piense en los comerciantes que no han podido reabrir sus negocios, lo cual pone contra las cuerdas al Ministro de turno. A raíz de esto surge también otro movimiento, el llamado “los luchadores de 2021”, que parecen ser negacionistas del covid porque atentan contra médicos, epidemiólogos y furgonetas de reparto de vacunas, generando aún más revuelo en las redes sociales. ¿Están ambos movimientos conectados?

Kostas se enfrenta en esta ocasión a algo intangible en cierto modo, puesto que no es posible ni saber qué ancianos tienen previsto suicidarse ni qué hospitales o personal sanitario serán atacados por los negacionistas. Pero, como ya es habitual en Kostas, gracias a sus múltiples conocidos podrá tirar del hilo y acercarse poco a poco al centro de la cuestión, incluso aunque lo único que le apetece realmente hacer es estar con su nieto y cenar las delicias que prepara su mujer. ¿Será Kostas Jaritos el único policía que disfruta llevando una vida familiar tranquila? Jeje.