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Esta es la cuarta novela que leo de Liane Moriarty y no sé qué me pasa con esta mujer que cada nuevo libro que saca me va gustando un poquito menos que el anterior. Es cierto sus novelas no suelen ser de esas que llevan un ritmo endiablado. Yo diría más bien que su fuerte son los personajes, su construcción, su perfil y psicología. En esta historia nos encontramos con la familia Delaney, un matrimonio, Joy y Stan y sus cuatro hijos, dos hombres y dos mujeres que no pueden ser más dispares entre ellos. Todos ellos tienen o han tenido relación con el mundo del tenis y quizás eso ha sido una de las cosas que más me ha cansado, aunque sin llegar a aburrirme del todo. También hay otro personaje que se acopla (y nunca mejor dicho) a los Delaney y es Savannah (de ella mejor no decir nada, pero a mí me dio repelús, la verdad). El misterio de la novela gira en torno a la desaparición de Joy, lo que acabará sacando a relucir algunos secretos familiares. Las sospechas recaerán prácticamente en el marido, pero habrá que esperar hasta el final para saber qué fue de Joy. Así como ha habido capítulos que me han enganchado mucho, otros que se me han hecho lentos y me ha costado un poco avanzar en algún momento por lo que me ha resultado un lectura un tanto desequilibrada. No me ha encantado, pero tampoco puedo decir que sea un mal libro. |
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