Me ha encantado el tono de la narración, engancha desde el primer párrafo. Hay un equilibrio perfecto entre las partes narrativas y los diálogos, con descripciones precisas. Me gusta cómo llegamos a conectar con los personajes, casi entrando en su mente. Están perfectamente definidos; el hastío de Stewart, la frialdad de Ortega, la evolución de Roy. Respecto al misterio a desvelar, se juega con el lector hasta el final, donde todas las piezas encajan. En resumen, una gran lectura. |