Ana de Tejas Verdes

Me ha encantado conocer a Ana de primera mano y vivir junto a ella toda su niñez desde los once hasta los dieciséis años. Hemos podido vivir su evolución, su madurez y su adaptación a Avonlea.

Realmente el libro es muy normal y tranquilo. No se puede considerar adictivo ya que simplemente nos cuenta la vida cotidiana de Ana en el pueblo. No hay giros ni sorpresas increíbles. Aún así no quiere decir que sea aburrido o pesado, de hecho me ha sorprendido que no se me hiciera tedioso ya que los clásicos no suelen ser lo mío. Además, es un libro con diálogos bastante densos, porque Ana es experta en divagar cuando habla y podemos tener diálogos de casi una página, jajaja. Sin embargo, como os he dicho, no me ha cansado ni me ha resultado pesado. Simplemente sentía una extraña paz mientras lo leía, jajaja. Era como mi momento tranquilo del día, descubrir que cosas nuevas iban a pasar en la vida de Ana y en qué líos iba a meterse. Quizás por eso no lo he leído tan rápido como me hubiera gustado, porque no he sentido esas "ganas locas por leer", pero a la vez lo he disfrutado muchísimo. Es difícil de explicar, jajaja. Digamos simplemente que es una historia sencilla sobre la vida cotidiana pero que cuando la lees te hace sentir feliz y en paz. Además está lleno de descripciones detalladas que no se hacen pesadas y que te transportan a los preciosos paisajes de Avonlea. A mí por lo menos me han enamorado y me hubiera encantado vivir en un sitio tan bonito.

La única pega que le pondría a la historia es que me ha parecido muy bonita pero hacia el final gira un poco al tono dramático y he acabado con una sensación agridulce. Supongo que es como la vida misma, hay momentos buenos y malos pero, no sé, no me lo esperaba y me ha dado muchísima pena.

Otra cosa que me ha chocado ha sido el ritmo, ya que al principio se centra mucho en la niñez de Ana y sus primeros dos años en Avonlea, presentándonos poco a poco toda su adaptación y, de repente, hay una gran rapidez temporal. Sus años de los catorce a los dieciséis pasan volando. Supongo que no habría mucho que contar y lo más interesante es su niñez, pero en cierto modo me sorprendió.

Ana es una niña muy peculiar y me ha encantado conocerla. Es muy soñadora e imaginativa pero también muy melodramática. Cuando sus sueños o esperanzas se rompen por alguna causa o metedura de pata hace un mundo y se echa a llorar. Es muy pero que muy habladora y experta en divagar. Sus diálogos eran de lo más rimbombantes y saltaba de una cosa a otra. Como he dicho, tiene el don de meter siempre la pata, lo que le traerá más de un disgusto a ella y a Marilla Cuthberth. Sin embargo todo esto no hace más que enriquecer al personaje, ya que lo hace bastante curioso y muy humano. A mí personalmente me ha encantado, especialmente en sus primeros años. Me ha gustado mucho vivir junto a ella toda su adaptación a la casa, al pueblo y a la escuela. Como poco a poco se va haciendo con el corazón de todos sus vecinos y compañeros.

Resumiendo, en general me ha gustado mucho su lectura. No se me ha hecho pesado ni tedioso y tampoco me ha costado hacerme a la escritura de la autora. Lo he leído con calma y sin sentir esas ansias por leer como en otros libros pero, aún así, me ha encantado acompañar a Ana en este momento de su vida. Me ha parecido un personaje realmente interesante y enriquecedor. Voy a echar de menos su niñez.
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