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Me declaro enamorada de esta edición de Ana de Álamos Ventosos porque Alma Editorial y la ilustradora, Giselfust, han hecho un trabajo absolutamente magnífico para renovar esta bonita novela. La cuarta entrega de la famosa serie, firmada por L. M. Montgomery, se desarrolla durante los tres años en los que su joven protagonista reside en Summerside, a donde acude para trabajar como directora de instituto. Conocí la historia de la maravillosa y entrañable Ana Shirley por la adaptación televisiva de los ochenta —que visioné infinidad de veces porque no me la perdía cuando la reponían— y, aunque ha pasado muchísimo tiempo desde entonces, a medida que ahora leía la novela de Lucy Maud Montgomery, recordé con detalle aquellos personajes de mi infancia. El libro hay que valorarlo sin perder de vista la perspectiva histórica. Aquellas eran las normas sociales que imperaban en su época y ciertos personajes deben enfrentarse a prejuicios que, en un principio, podríamos catalogar como anacrónicos y superados, aunque en realidad no lo son tanto. Por desgracia, hoy en día, en ocasiones, seguimos topándonos con quien se considera mejor o superior a otros esgrimiendo las más absurdas excusas con la que intentan justificar su actitud prepotente, como si fueran los mismísimos Pringle con los que nuestra querida señorita Shirley se cruza. Esta edición en concreto me ha parecido un acierto absoluto y debo confesar que he sujetado el libro casi con la punta de los dedos para no estropearlo porque sería un crimen hacerle la menor arruga al pasar sus páginas, ja, ja. Como amantes acérrimos de la literatura que sois, me entendéis, ¿verdad? Este volumen es una joya, las ilustraciones son fabulosas y los tonos escogidos para ellas —como si fuesen en blanco y negro, aunque con esos sutiles e increíbles toques rojizos— resultan dignos de enmarcar. Además, no le falta ningún detalle, ni siquiera en el lomo. Sin duda, los libros ilustrados son una delicia, pero ¡este es que se sale! Mi enhorabuena a Alma Editorial por reeditar estos clásicos ya que, con labores como la suya, da gusto adentrarse en ellos y revivir sus aventuras otra vez, o regalarlos a las nuevas generaciones de lectores y que los más jóvenes de la familia descubran estas obras. Y, por supuesto, mi felicitación también es para Giselfust. Hasta el momento, no conocía a esta ilustradora y me ha dejado alucinada con sus dibujos. Ha captado tan bien el espíritu de Ana que el personaje cobra vida con su obra, pues parece real y logra traspasar el papel con sus miradas. Mi puntuación es la máxima porque, de verdad, este ejemplar de Ana de Álamos Ventosos se ha ganado, con creces, las cinco estrellas. |
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