Ana de Tejas Verdes

Todo un clásico infantil-juvenil, Ana de Tejas Verdes es la historia de una niña de once años que es adoptada por los hermanos Cuthbert, Mathew y Marilla. Ana se instala con ellos en Tejas Verdes, una granja ubicada en un idílico pueblo en Avonlea, Canadá.
Es una niña muy especial, con una gran imaginación, curiosa y soñadora; además son característicos sus rasgos físicos: pecas y trenzas pelirrojas. La niña se gana el corazón de todo el que la conoce, pero también junto con Marilla, tendremos que escuchar sus grandes diálogos y reflexiones, con sus palabras grandilocuentes, que a veces pueden desesperar. Sin embargo, Ana va creciendo y madurando, se vuelve menos charlatana, y enternece a cualquiera.
La novela también tiene una pequeña dosis de drama ya en los últimos capítulos. Es deliciosa la ambientación que describe L.M. Montgomery, en la que vemos tanto el transcurrir de las estaciones, como el pasar de los años de su joven protagonista quién se queda embobada también como los lectores con esos preciosos paisajes.
Seguiré con los libros, y estoy con muchas ganas de empezar la serie de Netflix. La autora me había conquistado anteriormente con “Valancy Stirling y el castillo azul” más que recomendado.