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Una novela fresca, veraniega, humana, romanticona, en donde se narra la vida cotidiana de 5 mujeres y sus encuentros en una bonista floristería ubicada en el Barrio de las Letras, de Madrid. (Ya su portada, llena de color, invita a leerlo). . Durante esos encuentros cada una de ellas irá desgranando su historia vital, historias en la que estoy segura cualquiera de nosotras se vería reflejada, como mínimo en una de ellas. Las protagonistas son 5 mujeres, muy diferentes entre sí, y cada una de ellas portando un síndrome muy acorde a su personalidad: Marina y el síndrome del copiloto, siempre dependiendo de su marido hasta que se queda viuda con 40 años; Casandra y el síndrome de la superwoman, ejecutiva de los pies a la cabeza, sin tiempo nada más que para su trabajo; Gala y su síndrome de Galatea, siempre perfecta que los años no pasan en balde; Aurora y el síndrome de la bella sufriente, la vida es sufrir, sufrir y sufrir (sin sentido…); Victoria y el síndrome de la omnipotente, quiere estar en todos los sitios y al final no está en ninguno, ni siquiera en ella misma. La quinta mujer lo conforma el nexo en común a todas ellas, Olivia, la sabia dueña de la floristería, que, con sus conversaciones, irá ayudando al despertar de cada una de ellas. . Una moraleja muy clara: la vida está llena de nuevas oportunidades y nosotros decidimos si queremos tomarlas. Sólo necesitamos “ser valientes” y “lanzarnos a ello”, que las cosas no llegan caídas del cielo. . Es una historia ligera, ideal para leer en verano, especialmente porque el relato transcurre en un caluroso verano en Madrid, y en la que, además, identificaremos las calles que nuestras protagonistas recorren de haber paseado más de una vez por ellas. Y, lo más importante… nos identificaremos con alguna de las historias, estoy segura de ello. |
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