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La autora en esta novela corta nos trae una situación de lo más normal hoy en día. Angustias es una madre que vive sola en un pueblo pequeño. Tiene dos hijos, Sonia y Javier, que ya están independizados, que viven su vida. Un día, ante la falta de noticias de su hija, que ni contesta al teléfono móvil, se empieza a preocupar poniéndose en el peor de los escenarios. Es una historia cotidiana que te atrapa desde la primera página. Con un lenguaje sencillo y claro, como ya es característico de la autora, te transporta al interior de la trama y al universo de emociones que sienten los personajes. Sus 80 páginas se leen en un suspiro. Javier y Sonia ven normal el vivir su vida de acuerdo a los tiempos que corren hoy en día, y no entienden la preocupación de su madre. Para ellos es una exagerada. Angustias, que vivió otra época en la que los jóvenes no tenían tanta libertad como ahora, no entiende esta forma de vivir tan despreocupada. Y tampoco ayuda el qué en la época actual, a veces tenemos demasiada información. Entre internet, las redes sociales, los periódicos, la televisión… estamos sobresaturados de información, todo el día bombardeados de noticias, y casi siempre malas. Eso eleva aún más si cabe su nivel de angustia, nunca mejor dicho, cuando sus hijos deciden ir por libre. La ambientación está muy bien conseguida. La autora ha logrado plasmar, pese a ser muy pocas páginas, como es la vida en un pueblo donde todo el mundo se conoce de siempre, todos saben de la vida de los demás y se preocupan unos de otros como si fueran una gran familia. Por contra, nos muestra como es la vida en una ciudad donde las personas son más individualistas, tanto que incluso a veces ni conoces a tu vecino. En mi opinión es una novela que sin duda, te invita a reflexionar. A veces, como nosotros sabemos que estamos bien, no entendemos la preocupación de otros cuando no tienen noticias nuestras o no respondemos al teléfono. Deberíamos pararnos a pensar y ponernos en su lugar. Tal vez así, entenderíamos que no cuesta tanto una simple llamada o mensaje para hacerles saber que estamos bien. También creo que la autora ha querido plasmar que, como Angustias en este caso, una madre es ante todo madre y como tal se sigue preocupando por sus hijos. Y que, aunque ya sean adultos, en el fondo para ella siempre serán sus niños. |
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