Nosotros, en singular, se dice tú y yo

Este libro nos contará la historia de Ada, una chica que ha estado atada durante años a un maltratador psicológico, Rafa.

Nada más empezar el libro, Ada nos contará en primera persona que se vuelve a encontrar con Gonzalo. Desde su adolescencia salió con él (amigo de su hermano y gran protagonista de esta historia) durante muchos años, hasta que decidieron dejarlo por mutuo acuerdo para no acabar siendo de esas ex parejas que ni siquiera se pueden ver cuando pasa un tiempo.

A partir de esa ruptura, Ada se colgó de Rafa. Su relación no fue de esas que empiezan súper bien, con corazones flotando alrededor de la cabeza y ramos de flores como detalle desinteresado. Las cosas ya empezaron torcidas. La relación duró años y años, y la vida de Ada se basó en: ¿Qué pensará de esto Rafa? ¿Qué le parecerá esto a Rafa? ¿Me permitirá hacer esto Rafa? ¿Se enfadará si compro esto? .

Hasta que el vaso rebasó y Ada decidió terminar con todo. Con Rafa.

Y aquí es cuando empieza la nueva historia de Ada, a partir de que se reencuentra con Gonzalo.

Como bien dice la sinopsis, Ada siempre ha hablado en plural más que nada porque desde su primera relación con Gonzalo, no ha vuelto a hablar de ella en singular. El yo ha sido prácticamente un pronombre personal casi desconocido para ella. Así que cuando empieza a estar con su antiguo y único amor, decide que, para que pueda haber un nosotros, antes debe haber un yo.

Y así será.

Veremos como Ada empezará a crecer con la ayuda de las personas más importantes de su vida. Su madre, su padre, George (su hermano), Allegra (su hermana), Alicia y Virginia (sus mejores amigas) y, sobretodo, Gonzalo. Todos ellos van a tener un papel importantísimo e imprescindible en la vida de Ada.

Me ha gustado muchísimo este libro y en especial porque me he sentido identificada con Ada y la relación que tenía con Rafa. En muchos momentos pensaba "esto lo he vivido yo también". Pero no todo es drama en este libro, de hecho es una de las cosas que menos hay. Me he reído mucho con las ocurrencias de Ada y sus amigas, y hay momentos románticos que me han enternecido mucho.

Por cierto, quiero un Gonzalo en mi vida.

Es una historia amena, de esas que no logras despegar la mirada de las páginas hasta que te lo has terminado. Es muy necesario que la gente lea libros así porque logra abrirte los ojos y hacerte saber que no sólo hay un tipo de maltrato y que el maltrato psicológico también es maltrato. Muchas personas lo han sufrido y a día de hoy aún no lo saben.

Es un libro que nos enseña un poco más lo que es el amor propio, el no depender de una persona y que es posible ser yo mientras también somos nosotros.