Aunque el nivel de espectacularidad baja un poco respecto al volumen anterior, el autor Frank Miller continúa hilvanando su trama global, colocando con minuciosidad las piezas encima del tablero. Kingpin se perfila cada vez como un enemigo mucho más fiero e invulnerable, no solo por su poderío físico sino por ese aura de inaccesibilidad que se está creando. Y es que no se puede combatir lo que no ves. El jefe del hampa neoyorkina sabe perfectamente cuáles son los puntos débiles de Daredevil, y va a jugar sus cartas de manera que se pueda aprovechar de ellos. Mientras tanto, Elektra acaba de tomar una decisión que no va a traer nada bueno en el futuro. Se avecinan momentos muy emocionantes. |