El ritmo de los condenados

Cuando me dieron la oportunidad desde Babelio a través de Masa Crítica, para leer este libro, no me lo pensé, me lancé de cabeza, porque me encantan los libros que tienen que ver con vampiros.

El protagonista, Daniel, es un joven que en la adolescencia, sucumbe al mundo vampírico, se obsesiona con el personaje de Drácula, adopta el estilo gótico y empieza a expresarse a través de la música metal extrema. Cuando descubre el personaje de la condesa Báthory, la convierte en su musa y junto a su grupo crean una serie de canciones relativas a ella. Llegando a saltar el charco para hacer una gira. Y es en Estados Unidos, donde la ficción se convierte en realidad, cuando es convertido. Y este sería el punto de partida de esta historia.

Este libro me despierta sentimientos encontrados, porque el tema me encanta y tiene pinceladas muy buenas, pero por otro lado, durante gran cantidad de páginas, mi interés se diluía. Así que es un quiero y no puedo durante parte del libro. Lo que menos me gusta es que no mantiene la tensión durante parte de la narración, si bien es cierto que a partir de la mitad, el libro mejora sustancialmente. Lo que más me ha gustado es el crecimiento personal del protagonista. Cuando apreciamos que deja de parecer un adolescente un tanto repelente y rarito y empieza a comportarse como un joven más maduro, con un humor muy particular. Y todo este cambio se inicia cuando deja de pensar solo en si mismo y se involucra en la guerra de clanes. Por todo ello, debo decir, que si bien me costó engancharme desde el inicio a la historia, al final disfruté del mismo.