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Fraternity nos traslada hasta Nueva Inglaterra a principio de los años noventa. Zoey Orson, hijo de millonario que perdió a su madre y que solo quiere pasar lo más desapercibido posible, se muda como alumno transferido a Blackfriars, un internado masculino y un poco mal rollero, ocultando un oscuro secreto. Allí conocerá a Daniel, el chico negro de la escuela y que ha aprendido a ocultar muy bien sus pensamientos y sentimientos para lograr integrarse en un mundo intolerante con ciertos temas como la sexualidad y el racismo, llevando una doble vida mientras que también guarda su propio secreto. Y también nos encontramos con Leo, la extravagante pelirroja como se hace llamar. Siempre ha vivido con su madre, en un parking de autocaravanas hasta que, el apellido de su padre lo metió en Blackfriars. Es el único que ha aprendido a aceptarse tal y como es aunque eso le haya conllevado años de burlas y maltratos por parte de la sociedad. 416 páginas divididas en 3 partes que a su vez dividen 18 capítulos de una extensión normal y en los que nos encontramos los diferentes puntos de vista de estos tres personajes principales de esta historia. Una historia que comienza como un queer contemporáneo como otro cualquiera, sobre relaciones interpersonales y adolescentes aprendiendo a conocerse a sí mismos al mismo tiempo que descubren que en el mundo quizá sí hay un lugar para ellos. No obstante, llega un punto en la trama donde en el escenario escolar se introducen elementos sobrenaturales volviéndola un nivel más oscuro, original y sobre todo adictivo. Los personajes, tanto los principales como secundarios quedan muy bien definidos. Cada uno cuenta con su propia personalidad que los va identificando y su propia historia que contar. La ambientación está también muy bien lograda, tanto en el tema sobrenatural como en los escenarios más cotidianos lo que hará que lo vivamos de una forma muy visual tal y como si estuviéramos ahí mismo o fuéramos los espectadores de una película. Esta es una historia donde los temas sobre la homofobia y el racismo están muy presentes, sobre todo en una época donde ser, pensar y sentir de forma diferente no estaba tan aceptado socialmente. Una historia que, sin duda, hay que leer con la mente abierta y totalmente conscientes de la época en la que se encuentran viviendo los personajes pues, el autor usa en todo momento un lenguaje tanto en los adolescentes de la academia como en las figuras de autoridad o medios de comunicación propios de dicha época pasada. En mi opinión, algo que no resta calidad a la obra si no que, todo lo contrario, le suma una buena dosis. Andy Mientus no hace más que señalar el miedo y la ansiedad que experimentan todas esas personas cuya existencia es motivo de burla a diario. Sin duda, Andy Mientus ha sido uno de mis mayores descubrimientos de este año lo que lo lleva a la lista de autores a tener en cuenta en un futuro y Fraternity: El círculo vicioso se hace un hueco en mi top de mejores lecturas de este 2023. Enlace: https://krazybookobsession.b.. |
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