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Novela que el autor fue escribiendo durante años y acabó en la década de los sesenta pero que no pudo publicar hasta la caída del muro de Berlín. A través de un personaje ficticio que forma parte de la última categoría de la sociedad soviética por ser hijo de un judio y comerciante privada y utilizando algunas de las vivencias personales del autor, narra la vida en la Unión Soviética desde el inicio de la revolución rusa con todas las esperanzas que se dispuesieron en ella hasta llegar a los duros y oscuros años del estalinismo. La historia entreteje la relación personal con amigos, compañeros de trabajo, familiares con sucesos que iban ensombreciendo el día a día, anulando la personalidad del individuo para crear un gran ente sin pensamiento propio que se llamaba pueblo a expensas de las ordenes y respuestas que diera la burocratización de cualquier aspecto de la vida. El libro es una clara autocrítica al individuo, empezando por el propio autor representado por el protagonista, con las preguntas de porque nadie hizo nada, porque habían tantas delaciones y como el miedo era el administrador único de sus vidas. Me ha gustado del libro el poder leer de alguien que vivió esos años tan oscuros, de la despersonalización del ser humano, la burocraticación desacerbada y que el individuo pertenecía al “pueblo” y tu destino siempre estaba en manos de soviets, comités y otros cuadros de poder. El estilo en que está escrito es lo que no me ha gustado del libro, perdiéndote entre cambios de vida privada a lo que sucede en la sociedad y todo esto combinado con cambios de época que solo se perciben a través de la lectura pero que en ningún caso están indicados. Hay lecturas amables, fáciles, divertidas y hay las que cuestan. Y la quinta esquina es de las que cuesta. de de esas lecturas para poner los cinco sentidos, para descubrir una forma de vida de la que poco se sabía. Como documento puede ser tan duro como tantos diarios y memorias existentes de la segunda guerra mundial. Enlace: https://www.instagram.com/cr.. |
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