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Un buen libro de crimen navideño, con todo lo que hace gozar de las novelas british: mansiones, herencias, hijos descarriados y matrimonios destrozados. Todo aderezado con nieve a discreción. A este escenario sumamos un asesino extraordinariamente perfilado y una perfecta comparsa de secundarios que se ven y se escuchan prácticamente en technicolor. Una variante de la novela de crímenes en la que el asesino se desvela en la primera página y la auténtica tensión deriva del “¿va a conseguir librarse? ¿Por qué no se dan cuenta?” Anne Meredith escribe con maestría una novela de las que se leen del tirón con la que disfrutar estas tardes de frío. Feliz Navidad,sin asesinatos, queridos míos |
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