Aquí el señor Mendoza en su línea, un libro cargado de humor y un protagonista, sin nombre a presar de ser esta la quinta entrega, que, aunque lo toman por loco, está más cuerdo que muchos de los que están fuera tanto por sus respuestas como por sus deducciones. Me encanta este personaje y es un libro de los que yo llamo desengrasante, de los que me gusta meter entre lecturas más densas. Tiene unos puntos muy graciosos y un desenlace inesperado.
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