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“Dragones de papel” ha sido mi primer acercamiento a la obra de Rafa Melero, y no ha sido hasta que me he puesto a escribir esta reseña que he descubierto que es la cuarta entrega de una serie (¡ole yo! 💃🏼). Aun así, eso no ha impedido que la haya disfrutado enormemente y que ahora tenga la imperiosa necesidad de leer las tres novelas anteriores. Junto a un contenedor de la barcelonesa Avenida de Pedralbes aparece el cadáver de una modelo conocida por el contenido erótico que generaba en internet. En el interior del contenedor, su asesinos ha dejado una misteriosa pista: un dragón de origami. El Sargento de los Mossos D'Esquadra Xavi Masip ha sido apartado del servicio tras la difusión en redes sociales de una polémica intervención policial. A la espera de una investigación interna, será readmitido para dirigir la investigación, que se complicará con la aparición de un segundo cadáver en Cadaqués, lo que le llevará a unir esfuerzos con la Caporal Cristina Espejel para atrapar al asesino. Rafa Melero es, además de autor, mosso d'esquadra, y el oficio se nota a la hora de leer la novela. Se puede percibir que ha vivido en primera persona este tipo de investigación, lo que dota a la historia de gran verosimilitud. Su conocimiento de los procedimientos policiales, alejándose de efectismos típicos de películas americanas, hace que todo lo que cuenta resulte mucho más creíble. La investigación se adentra en el mundo del cibersexo con una trama a caballo entre Barcelona y Cadaqués, logrando en esta última localización un interesante contraste entre lo idílico del ambiente y la sordidez de lo que allí ocurre. Otro aspecto que me ha resultado curioso es esa conexión entre los dragones de origami y los dragones que pueblan la ciudad de Barcelona. La pareja de investigadores protagonistas me ha parecido muy potente, teniendo ambos entidad propia e interés como personas más allá de la trama policial. A pesar de no haber leído las novelas anteriores siento que he llegado a conocer a Masip gracias a sus interacciones y diálogos con otros personajes, lo que es todo un acierto para los que, como yo, hemos empezado la casa por el tejado. Me ha gustado especialmente la forma en que se ha tratado el personaje de Cristina, la primera mosso d'esquadra trans del cuerpo. Un personaje realista que, por sus circunstancias guarda ciertas distancias con los demás, y alejado de clichés, con el que se busca normalizar una situación que, como se refleja en la novela, no es aceptada aún hoy día por parte de la sociedad. Aunque no hay factor sorpresa a la hora de descubrir al asesino, si hay un giro final que no vi venir y que me dejó con la boca abierta. El conocer pronto quién es el culpable no le resta ni un ápice de interés a la historia. La novela no busca volar la cabeza al lector con giros imposibles o cliffhangers al final de cada capítulo, pero consigue hacerlo gracias a una historia original y que está muy bien contada. Pluma clara y directa, sin perderse en detalles o descripciones irrelevantes, con unos personajes solventes y el realismo en la manera de desarrollar la investigación como elementos clave para enganchar al lector. Muy recomendable. |
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