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Una mujer que perdió la pista de su hija dieciséis años atrás, ha sido alertada de que puede estar en La Rinconada, un lugar olvidado de la mano de Dios en el altiplano peruano. Allí malviven miles de personas en condiciones infrahumanas sin más aspiraciones que trabajar hasta la extenuación en una mina de oro que a buen seguro cualquier día se los tragará en sus entrañas y, en sus ratos libres, ahogar las penas en alcohol o entre los brazos de alguna prostituta de alguno de los numerosos locales de alterne existentes en la zona. También Thomas Connors, el agente de la interpol que ya conocemos de anteriores entregas, acabará recalando en La Rinconada por un motivo muy diferente: George, su amigo americano, después de una crisis matrimonial que le llevó a marcharse de casa hace dos meses, ha sido secuestrado. Su esposa, tras recibir una carta en la que le informan que está apresado y que a cambio de su liberación solicitan la entrega de una mujer a quien no conoce, no dudará en solicitar la ayuda de Thomas, que a su vez irá acompañado de su inestimable amiga Laura Terraux, una forense por la que siente cierta atracción. Y con estos mimbres comienza una historia en la que Maribel Medina vuelve a demostrar que es una autora muy comprometida con el bienestar social. Cada una de las novelas que integran la trilogía contiene, además del caso propiamente dicho, una denuncia social sobre temas candentes. Ya lo hizo con el dopaje en el mundo de la alta competición, con los experimentos velados de la industria farmacéutica y, en esta ocasión, vamos a conocer la trata de mujeres. A pesar de que pueda parecer un tema muy trillado, creedme cuando os aseguro que la impecable ambientación de la historia, la originalidad del escenario y la cantidad de cosas que uno aprende cuando se adentra en cada obra de esta autora son motivos más que suficientes para reservarle un hueco. A pesar de que la historia me ha gustado, de todos los pluses que os he contado, el desarrollo de los personajes no me ha satisfecho de la misma forma. Me ha faltado conexión. Me hubiera gustado que la autora escarbara más en sus motivaciones, en porqué una mujer con cierto bagaje vital se comporta ante determinadas situaciones como si fuese una adolescente. Conocer el origen de sus miedos y vivir su evolución, algo que he echado en falta en el caso de Thomas y Laura. La prosa de Maribel es sencilla, la lectura muy fluida y la ambientación y los temas que se tratan son de lo más interesantes. También crudos porque vamos a pasar por algunos pasajes duros y dolorosos. Estructurada en capítulos numerados, entre los que se intercalan algunos extractos del diario de Ángela María, dos voces narrativas se irán alternando: de una parte un narrador omnisciente nos irá poniendo en antecedentes de toda la inmundicia que rodea a La Rinconada, un lugar del que antes de llegar ya sientes ganas de huir, de cómo la madre de Ángela no se rinde y va buscando pistas sobre el paradero de su hija, de lo complejo que resulta encontrar alguna noticia después de tantos años, cuando aquella niña ya debe parecerse en nada a la foto que ella porta. Por otro lado, iremos conociendo de primera mano cómo fue el cautiverio y lo que ocurrió tras la desaparición de la adolescente. Sangre entre la hierba es una novela con una trama muy interesante y una ambientación impecable en la que llegas a sentir la gelidez nocturna de la Rinconada y toda la inmundicia que le rodea. Una lectura que fluye fácilmente y en la que, desde mi punto de vista, algunos de los personajes no han estado a la altura de la historia y han impedido una lectura mucho más redonda. Enlace: https://bookeandoconmangeles.. |
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