Me alegro de que mi madre haya muerto

‘Me alegro que mi madre haya muerto' es uno de los libros más dolorosos que he leído. En él, Jennette McCurdy se abre en canal para hablarnos de los abusos que recibió desde pequeña por parte de su madre y las consecuencias de los mismos.
 
Jennette McCurdy es bastante conocida por su faceta como actriz, carrera que comenzó siendo muy niña impulsada por su madre, quien quiere cumplir a través de su hija su sueño frustrado de fama. Así, desde los seis años, Jennette se ve obligada a trabajar, renunciando a esos años que no vuelven, para no defraudar a su madre, una persona inestable a muchos niveles y para quien el chantaje emocional es una herramienta de uso diario. Además, a esto sumamos la presión que sufre Jennette al convertirse en el sostén de la precaria economía familiar.  
 
A través de los ojos de Jennette, dado que todo está narrado en primera persona y en presente, de su mirada primero infantil y luego adulta, se hace un retrato de su madre. Una persona muy compleja, que ha tenido que enfrentarse a la enfermedad y que desde luego presenta rasgos de tener algún tipo de problema de salud mental sin diagnosticar y sin tratar lo que afecta fuertemente a la vida de esa familia.
 
Un libro durísimo y angustiante de leer y que al mismo tiempo te atrapa y no puedes soltar. Jennette McCurdy afronta sin filtros este repaso por su juventud, con un tono ligero porque no busca re-victimizarse, ni siquiera poner el foco en ella a pesar de hablar de su vida, sino hablar de una serie de problemáticas que lamentablemente son bastante habituales. Soy una persona que tiendo a huir los libros de personajes públicos (me dan pereza, que voy a hacer) y, sin embargo, esta lectura me ha hecho plantearme si me estaré perdiendo cosas interesantes. Creo que McCurdy utiliza de una forma inteligentísima su fama y visibilidad para ser altavoz de estas cuestiones. Creo que es un libro que además de generar mucho interés, puede ayudar a mucha gente, pero también aviso que no pasa de puntillas, sino que se enfanga, en temas como varios TCA, maltrato, adicciones, enfermedad de un familiar, duelo, relaciones tóxicas, el #metoo… por lo que juzgad bien antes de leerlo. Hay partes, que tienes que interrumpir la lectura, que ahogan.
 
Es un libro que también es reconfortante en alguna manera porque vemos como Jennette se enfrenta a sus demonios y con mucho trabajo y terapia busca una salida de la oscuridad. Me ha gustado especialmente que no se romantice el proceso de sanación y la terapia, porque es un camino muy arduo, con fracasos y recaídas. de hecho, sabes que, aunque el libro tiene punto y final, la lucha de Jennette continua.
 
Una historia de cruel crecimiento, de robo de la infancia, que nos enseña el horror que hay detrás de la vida perfecta que imaginamos de las personas que tienen fama y dinero. Un libro que toca muchos temas y que a mí me hizo reflexionar sobre el perdón, y darle una vuelta a lo que nos viene aprehendido, ¿realmente hay que perdonarlo todo?
 
Creo que estas memorias son importantes y a pesar de que ahora es un libro que está en pleno boom (merecidísimo), no va a ser flor de un día y creo (y espero) que se seguirá leyendo durante muchos años.