La campaña escarlata

Siendo esta una segunda parte de una trilogía, voy a intentar no extenderme demasiado con su reseña. Y es que, en realidad, podría resumir mi experiencia lectora en una sola frase: ¡menuda joya de libro!


Si la primera parte ya me gustó, os podéis imaginar mi sorpresa al encontrarme con una segunda parte incluso mejor. Más acción, un mundo más extenso, más profundidad en los personajes, más desarrollo en las relaciones, más entretejido de tramas. En definitiva, una segunda parte que es más y mejor.


Nos seguimos encontrando ante una novela en la que la acción queda dividida entre distintos focos, lo que nos permite tener una visión mucho más amplia del mundo y de la situación en la que este se encuentra. A diferencia de lo que me pasa en ocasiones con otros libros en los que la acción se encuentra dividida entre diferentes personajes, en este he sentido que todas las tramas están muy bien equilibradas, teniendo todas ellas el mismo grado de importancia en el desarrollo general de la historia. Seguramente sea gracias a ello que no he sentido preferencia por ninguna en concreto, gustándome todas por igual y queriendo saber más de absolutamente todos los personajes.


Si no recuerdo mal, el único "pero" que le puse a Promesa de sangre fue que sentí que los personajes masculinos tenían mucha más importancia que los femeninos. Pues este desequilibrio se ha acabado en esta segunda parte, en la que se le ha dado mucha más fuerza e importancia a dos personajes femeninos absolutamente maravillosos.


Me reitero en lo que ya dije en su día: sigo fascinada con el sistema de magia de este mundo. Magos de pólvora, Dotados, Privilegiados... ¡es increíble cómo gestionan su don cada uno de ellos! Y más increíble es cómo la pólvora actúa como fuente de poder.


Batallas épicas que no resultan nada tediosas al estar mezcladas con escenas más cotidianas, personajes maravillosos que conquistan corazones, dioses que son un personaje más rompiendo así con la visión clásica de seres omnipotentes y omnipresentes que no se meten en los asuntos de los humanos, y un estado de constante tensión e incertidumbre que te insta a no dejar de leer. Amantes de la fantasía épica, no sé a qué estáis esperando para empezar con esta trilogía.