El fuerte de la Florida

La última reseña de este 2022 que se nos escapa de los dedos la he reservado, con suma impaciencia, a un jovencísimo autor.

Santiago Mazarro vuelve, con su segunda novela a tierras norteamericanas con una historia que rescata un territorio "insólito" donde la raza "negra" vive en libertad.

Fuerte Mosé, San Agustín de la Florida. 1740.
Allí se refugia una colonia de esclavos que han huido de las plantaciones británicas en busca de un futuro mejor.
Aun cuando este siga siendo difícil de alimentar, al menos es un hambre libre.

Los conflictos con la frontera inglesa están a la orden del día hasta que, finalmente, estalla la guerra y españoles y africanos habrán de defenderse ante una inminente invasión.

La obra retrata el abominable comercio de esclavos.
Empresas que viajaban a países africanos para cazar a sus habitantes como quien caza conejos para después venderlos a terratenientes como mano de obra.

Mazarro nos adentra en una de estas plantaciones y nos describe al detalle las duras y horribles condiciones que esta "mercancía" padece.

Humillaciones, maltrato y vejaciones cometidas a hombres, mujeres y niños cuyo "error" fue nacer con un tono de piel distinto a quienes ejercían el poder.
El escenario es dantesco, pero necesario. Ningún lector escapará a sentir rabia y desazón.

El único pero que pongo a esta cuestión, es que los españoles salimos demasiado bien parados.

Es cierto que este enclave y su gobernador Manuel de Montiano son dignos de elogio y de ser rescatados del olvido, como también que fue una excepción ya que los "colonizadores" hispanos comerciaron y sometieron como el que más.

La novela está salpimentada con una buena dosis de aventuras y un romance imposible.
De mujeres valientes que arriesgaran sus vidas y de hombres que lucharán sin descanso por algo tan simple como la dignidad.

Mazarro escribe bien. Engancha en su trama y tiene una gran capacidad para describir y ambientar lugares y condiciones.
Además de saber buscar y encontrar historias como estas debajo de las piedras.

Hace no mucho un renombrado catedrático de historia anunció que abandonaba la novela histórica cargando tintas contra aquellos jóvenes autores poco documentados que según él, tanto daño hacen a la historia.

Yo sin embargo celebro la "jubilación" de quien tanto daño hace a la literatura.
¡Qué cada Corral aguante su vela!

Lo que tengo clarísimo es que hay una nueva hornada de escritores históricos francamente buena y que el género está más vivo que nunca.

Gente como Santiago Mazarro lo que necesitan es el aplauso porque además, lo merecen.

En definitiva un excelente novelista que sabe narrar grandes historias sin la necesidad de una cátedra.

Por mi parte, estoy deseando volver a embarcarme donde el autor me quiera llevar.

Altamente recomendable.