Cómo hacer caca en el trabajo: El arte de ir al baño en la oficina

¡Qué decepción!

Acudí a este tratado del mundo empresarial con gran ilusión y con la firme intención de encontrar a nuevos gurús a los que idolatrar.

Hasta había ensayado frente al espejo, puño en el corazón y voz en grito ¡Soy el mejor! ¡Hoy voy a luchar por mis sueños! ¡Desde este mismo momento seré regular!

Incluso en la imagen que este me devolvía, desaparecían las patas de gallo y mi cabello era de un negro inmaculado.

No puedo negar que con semejante título las expectativas eran altísimas y puse en el libro todas mis esperanzas para alcanzar el Nirvana laboral.

Sin embargo, no todo en el orégano es monte, y al menos, la obra, si me ha dejado inquietantes preguntas sin resolver.
Dudas que claramente merecen una profunda reflexión, a saber:

¿Qué conexión neurocerebral me da la orden de leer este tipo de libros? ¿Está dañada? ¿Soy como un mueble del Ikea al que siempre le sobran tornillos y piezas por montar?
Y en caso de estar enfermo, ¿a qué especialista debo acudir?
¿Psiquiatra?
¿Urólogo?
¿Oftalmólogo?

Y la más terrible:

¿Lo habrá leído alguien más o estoy completamente solo en este universo literario?

En cuestiones de contenido la cosa empieza como cualquier texto de liderazgo.

Gran ejecutivo estadounidense hecho un pincel que sonríe felizmente en la foto de rigor y que mediante un prólogo que pretende ser revelador, te restriega por las narices que él está forrado y tú no.

Es entonces cuando un escalofrío recorre todo mi cuerpo.
¡No puede ser! ¡Este tipo está convencido de lo que escribe y la obra va completamente en serio!

Afortunadamente no.
Los autores han estado hábiles por una vez y forma parte de una parodia muy realista.

Cómo hacer caca en el trabajo es lo que parece:
Un libro absurdo y surrealista lleno de ejemplos cotidianos que pueden ocurrir en los baños de cualquier empresa cuando a ellos se acude para aliviar.
Muy distintas son las soluciones, consejos prácticos y testimonios que se proponen y que son, delirantes, exagerados y, en ningún caso, recomendables.

Estas técnicas están valoradas en función de su dificultad con escobillas en lugar de las socorridas estrellitas de puntuación.

Además, al final de la obra nos obsequian con un puñado de herramientas documentales para llevar un registro de las acciones acometidas.

Libro de humor intrascendente que sirve para más bien poco, en especial para aquellos que como yo, su oficina está en la calle y su retrete es un canto a la improvisación.

Acertadamente, Mats & Enzo son dos seudónimos que utilizan los creadores para mantener el anonimato y, a buen seguro, su reputación.

En resumen, sé que poco puede esperarse de obras como la que nos ocupa más allá de pasar un buen rato y que, por ventura, tampoco ha sido para tanto.

¿Mi consejo?
En el retrete haz lo que debas hacer e incluso vanagloriate de ello.