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El negro Pablo” es uno de los personajes de Okupas, esa serie maravillosa de Bruno Stagnaro de 2000 que marcó una nueva estética para la televisión argentina. El Negro Pablo era “malo”, aunque tampoco eran buenos los protagonistas. Pero este personaje era malo, con esencia de malo, de esos a los que no les queda otra que ser así. En este libro, aunque su título indique que El Negro Pablo será el protagonista, no es así. Aunque lo es de algún modo. Quien protagoniza y cuenta sus memorias es Dante Mastropierro, el actor que le puso el cuerpo a El Negro Pablo, y lo hace de la mano de Martín Wain. ¿Por qué digo que El Negro Pablo protagoniza los relatos de algún modo? Porque Mastropierro podría haber sido El Negro Pablo en su vida real. Aunque no sabemos qué edad tiene, debe rondar los cincuenta años, lo que lo hace parte de esos niños de los setenta y jóvenes de los ochenta que habitaban, olvidados, el Gran Buenos Aires más pobre y crecieron como pudieron. Así, conoceremos a su madre, una empleada doméstica de carácter complicado; a sus amigos del barrio; a su padre abandónico y alcohólico; sus problemas con los cobanis (policías); la violencia que sobrevolaba cada rincón del Conurbano. El modo de contar cosas terribles es amable, con mucho de reflexión y autocrítica, y ese humor oscuro del que sigue vivo más allá de todo. Imprescindible para todas las personas fanáticas de Okupas. Imprescindible para quienes quieran conocer un poco más las costumbres porteñas y conurbadas que están por fuera del modelo. Y mucho más que muy recomendable para quienes quieran leer relatos breves. En síntesis: si se lo cruzan, léanlo. |
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