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Este libro me sorprendió. Es una historia muy peculiar: sigue la vida de un ser que no sabe qué es lo que es (pese a que por su descripción todos sabemos que es una pata) y su búsqueda por descubrirlo. Narrada a modo de fábula todos los personajes de este libro son animales y contiene muchísimos elementos filosóficos que tienen como eje principal la identidad: su hallazgo, su pérdida, su búsqueda. Los monólogos interiores de nuestra protagonista son una catarata de pensamientos que se desencadenan uno detrás del otro acorde a la lógica que está manejando en ese momento con lo poco y lo mucho que sabe, lo cual siempre termina en escenas que te forman un nudo en la garganta y que te hacen contener el llanto para después soltarlo a modo de carcajada. Creo que es un libro que estaría buenísimo para enseñarlo en los colegios secundarios porque se puede sacar mucho análisis de esta historia tan inocente pero que tiene mucho trasfondo. Sí, puede que a mitad del relato la historia pierda el ritmo y se vuelva un poco densa pero una vez superado ese bache en el último tramo remonta y tiene un final que me dejó sonriendo por días. Lo recomiendo muchísimo porque la manera en que el cerebro trabaja mientras lees este cuento largo es fascinante, hacía rato que no me sucedía. |
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