Me costó un poco al principio seguir las diferentes historias paralelas, desde las frías tierras de Alaska con antiguos habitantes rusos y en la actualidad con pescadores de cangrejos, hasta Afganistán con un doctor militar y Rusia con los últimos zares y Rasputín, todo aderezado por la mal llamada «gripe española», afortunadamente a medida que avanza el libro todo empieza a tener sentido y se convierte en un libro muy entretenido. Muy recomendable para los que quieran mitigar el calor del verano, al menos en la imaginación. |