Un ruido nuevo

«¿Cuándo se empieza a escribir un final?»
 
¿Cuándo empezamos a valorar que algo se acabó? Alargar una situación solo complica las cosas, solo desgasta las relaciones y, sobre todo, a las personas. «¿Se puede salir de la angustia escribiendo?», tal y como está escrito, creo que a María la ayudo para asentar ideas y tomar decisiones, algo que no se hace de forma precipitada, sino lenta y madurando cada paso.
 
Escrita a modo de diario, esta obra nos presenta la crisis por la que pasa María, una crisis por la que millones de mujeres transitan en un momento de su vida. «No quiero mentirme y, sin embargo, no está a la altura de mis posibilidades ser franca conmigo misma», ¿por qué no puede ser franca? Porque hacerlo supone ser consciente de la realidad, se siente vacía, necesita un cambio en su vida, pero ese cambio conlleva asumir que ella no es la que era, que su marido no es el hombre del que se enamoró y que la decisión que tome causara dolor, sí o sí.
                En un matrimonio, siempre hay dos momentos críticos, uno cuando son padres, es el primer gran cambio que tiene que afrontar la pareja, muchos recuerdan el noviazgo como la mejor etapa, se sacrifica el disfrute y el ocio por la crianza. María será muy consciente de ello, recordará cuando salir con Román a comprar cualquier cosa era un plan, una aventura de la que sacar una anécdota, añora a ese Román, quiere recuperar el hombre del que se enamoró. El segundo es cuando los hijos son más independientes y no requieren tanta supervisión, en ese momento, donde hay más tiempo para estar en silencio, llegan las preguntas, se observa el día a día.
                María no ha dejado de trabajar, tiene una existencia fuera del hogar, otro rol, pero le invade la sensación de estar incompleta, vacía, monótona y rutinaria, y cuando llega a casa tarde, los platos la esperan en la pila sin fregar. ¿Román la ama porque la necesita o la necesita porque la ama? «Quiero que note que algo de lo que está pasando entre nosotros me molesta», en este punto creo que lo mejor es hablar directamente y dejarse de señales que el otro puede no captar o no interpretar correctamente. Es doloroso ver como el pensamiento que tiene del marido como se desgasta a lo largo de la lectura, como la relación se pierde, porque ninguno de los dos son los que fueron, aquellos dos jóvenes ya no existen, ni volverán.
 
«Extraño a mis hijos cuando estoy en el trabajo. Extraño trabajar cuando estoy en casa con mis hijos. El mundo funciona mal»
 
Desgaste psíquico. En este punto María cambia, buscando esa chispa que, de sentido a su vida, la escritura y ese hombre que encaja en su visión de ella misma en una existencia más atractiva.
 
Me gustó mucho el estilo de Leticia Martin y la profundidad de sus personajes, deseando leer su novela ganadora, Primer Premio Lumen de narrativa que saldrá en septiembre de este años con el título Vladimir. Muy recomendable.